Los establecimientos de comida rápida han enriquecido su oferta con alternativas menos calóricas, aunque no siempre más saludables
Un plato de ensalada, una hamburguesa vegetariana, un zumo natural, croquetas y una hamburguesa con ración extra de bacon y queso acaparan el mostrador de un establecimiento de comida rápida. A primera vista el cliente se sorprende de cómo ha cambiado el menú en pocos años -hasta hace poco tiempo no era posible comer vegetales y frutas en estos lugares-. Decidido a comerse una hamburguesa desde que entró por la puerta, se enfrenta a un dilema imprevisto. Lo hace porque trata de controlarse para no caer en la tentación de comer mal. Sin embargo, finalmente elige la hamburguesa con extra de bacon y queso. Éste no es un comportamiento aislado. De acuerdo a los resultados de una nueva investigación estadounidense, la sola presencia de alimentos saludables puede contribuir a que una persona elija precisamente las opciones menos adecuadas. Son las paradojas de la psicología alimentaria.
Este dato se refleja en un estudio publicado el pasado mes de octubre en la revista Journal of Consumer Research. La investigación revela que la tendencia de elegir el plato menos saludable se acentúa cuando a la oferta culinaria se añaden alternativas más adecuadas para la salud del consumidor. Según sus autores, la visión de ensaladas, frutas o zumos disminuye el sentimiento de culpa por adquirir cualquier plato calificado de comida basura.
Ante los resultados del informe, los autores del análisis sugieren que algunos de los esfuerzos para controlar y mejorar la alimentación entre la población pueden resultar contraproducentes. Por ello, invitan a analizar con detenimiento el impacto de los cambios en el comportamiento alimentario. En todo caso, la meta sigue siendo concienciar a la sociedad de que la comida rápida incide en el desarrollo de la obesidad por la alta densidad energética, el gran tamaño de las porciones y el bajo coste del producto que invita a consumirlo con frecuencia. Un efecto que no ha disminuido pese a la inclusión de menús, en apariencia, más equilibrados.
Opciones saludables, sólo en apariencia
Ensaladas variadas, macedonia de fruta fresca, zumos de frutas y bebidas light son los protagonistas entre el creciente número de alternativas dietéticas equilibradas de los fast-food. Sin embargo, su apariencia saludable se diluye entre los ingredientes extra que se añaden, salsas y cremas de acompañamiento que maquillan la intención de comer un plato saludable.
Las ensaladas
La oferta de los establecimientos de comida rápida incluye ensaladas, pero también sugiere aliñarlas con sus genuinas salsas y aderezos, lo que convierte a la ligera ensalada en un plato muy energético. La inclusión de queso, bacon, tiras de pollo fritas, dados de pan fritos (picatostes) o nachos supone un aumento notable de las calorías del plato y de las grasas. Una ensalada de lechuga, maíz, tomates cherry y pepino contiene por ración alrededor de 55 calorías (sin contar el aliño); si se añade vinagreta de yogur, suma unas 90 calorías más. La misma ensalada con tiras de pollo crujiente es 5 veces más calórica (260 calorías) que la original; mientras que la que se elabora con tiras de pollo a la parrilla (en lugar de rebozadas y fritas) registra un aporte energético intermedio (145 calorías).
Los postres
En numerosos restaurantes de comida rápida se ofrecen frutas troceadas (macedonia o brocheta) o yogur, pero si se acompaña con caramelo, sirope o fondue de chocolate, complementos al alcance del cliente para que sirva la cantidad que desee, el valor nutritivo se modifica. Si se opta por postres más dulces como brownies, profiteroles, trufas, tartas, bizcochos, crepes y helados, el valor energético es mayor. Y si además se combinan varias propuestas el resultado todavía es peor. De las ya 355 calorías que proporciona una ración de brownie de chocolate, pasa a las 411 si lleva una porción de helado. Si al helado de vainilla que aporta 257 calorías se le añade sirope de chocolate, se aumenta en 61 calorías un postre ya de por sí muy calórico.
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