Según Paramount Realty Group, que alquiló el apartamento a la parejaislandesa para luego subarrendarlo a terceras personas, los muebles elegidos por ellos son vulgares para el nivel del inmueble.
La pareja islandesa se había comprometido a realizar una serie de reformas antes de alquilar por 26.000 dólares al mes el apartamento de tres habitaciones que compraron en 2007 por cerca de 10 millones de dólares en la planta 16 de un lujoso edificio de Manhattan.
Los nuevos inquilinos esperaban un equipamiento de lujo, pero "se encontraron muebles de aglomerado de Ikea que se deshacen a los ocho meses", asegura el diario.
"La cocina instalada estaba fabricada por Ikea, conocida por ofrecer muebles de bajo coste, y no alcanza el nivel de una cocina apropiada para un inmueble ubicado en el número 50 de Gramercy Park North", se asegura la demanda.
"La cocina instalada estaba fabricada por Ikea, conocida por ofrecer muebles de bajo coste, y no alcanza el nivel de una cocina apropiada para un inmueble ubicado en el número 50 de Gramercy Park North", se asegura la demanda.
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