A la hora de dejarse cautivar por un lugar, aquellos que buscan entornos de ensueño pueden llegar a apreciar las aguas cristalinas de una isla, los relieves montañosos o los bosques tupidos, así como también pueden elegir un destino turístico en función de la flora y fauna.
Descubrir a los animales en sus correspondientes hábitats naturales es una actividad que seduce a más de uno, pero cuando se trata de ver en acción a especies acuáticas el interés social se acrecienta en gran medida. Prueba de ello es que, por ejemplo, desde el pasado 15 de enero la República Dominicana ha sido visitada por cerca de 15 mil extranjeros que llegaron hasta el noreste de la superficie nacional para disfrutar de una inolvidable jornada de avistamiento de ballenas jorobadas en el Santuario de Mamíferos Marinos de Samaná.
De acuerdo a un comunicado elaborado por el Programa de Observación de Ballenas, la cantidad de turistas que se acercaron a la zona deseosos de conocer de cerca a estos increíbles animales que, cada año, se trasladan a la Bahía de Samaná para aparearse y dar a luz representa un incremento del 30 por ciento en comparación a las primeras semanas de la temporada 2009.
En esta oportunidad, además, la sorpresa de los visitantes ha sido mayor que otros años porque han aparecido también especies como cachalotes y tiburones. Para las autoridades locales, la presencia de estos ejemplares demuestra “la calidad del ecosistema y los niveles de seguridad existentes” en el Santuario de Mamímeros Marinos.
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