Éste aumento en los peajes de acceso supondría un incremento de en torno al 4 por ciento de la tarifa de último recurso (TUR), la única que fija el Gobierno y a la que pueden acogerse 26,8 millones de hogares y pymes. Además, en julio, el IVA que se aplica en el recibo de la luz se elevará del 16 al 18 por ciento.
En el cálculo de la TUR influyen los peajes de acceso, los impuestos y el resultado de las subastas CESUR para la adquisición de la energía, que, según los expertos, arrojarán un precio superior al de las del primer semestre.
La orden también establece la eliminación del pago por el alquiler de contadores analógicos, que actualmente suponen en torno al 1,4% del recibo de la luz. El borrador fija un incremento de los peajes del 10% para la baja tensión (hogares y pequeños negocios), del 5% para la alta tensión del escalón 1 (industria en zona urbana) y del 0% para el resto de la alta tensión (grandes consumos).
"Inaceptable" para las familias
Mientras, las principales asociaciones de consumidores mostraron su total oposición a la posible subida de la luz en un momento de crisis como el actual y calificaron la medida como "del todo inaceptable" para las familias.
En declaraciones a Efe, el portavoz de la confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Antonio López, manifestó que "si finalmente este aumento del precio de la luz es aceptado por la CNE", será "absolutamente inaceptable que, en un momento de crisis profunda y con una inflación que no llega al uno por ciento, se penalice así a familias y pequeños consumidores". "Es una afrenta en toda regla, en este momento de crisis. Si la subida rondase la inflación o incluso estuviera unas décimas por encima del IPC, podríamos estar de acuerdo, pero en ningún caso podemos aprobar una subida del diez por ciento porque es una cifra del todo descabellada", advirtió.
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