viernes, 19 de noviembre de 2010

Selección: Tras los desastres ante Argentina y Portugal, la Federación Española de Fútbol se replantea los amistosos

"Malos tiempos para la lírica'. El clásico tema de 'Golpes Bajos', y también la denominación del célebre grupo gallego de los ochenta, vienen como anillo al dedo para explicar el sentir de los campeones del mundo después de ser bailados hasta la humillación en uno de eso amistosos en los que España no tiene nada que ganar y sí mucho que perder. La afrenta de Lisboa fue un pésimo e injustificable colofón a un año de ensueño.
El lógico afán de la Federación por hacer caja -2,5 millones de euros por jugar en Portugal, según fuentes de la organización- y la necesidad de hacer campaña para promocionar la candidatura ibérica y conseguir un buen 'lobby' para la votación del 2 de diciembre en Zúrich, traen como contrapartida un desgaste de 'La Roja', un desprestigio que no se recuerda semejante en ninguna otra selección ganadora de la Copa del Mundo. 
 
Es impensable ver a brasileños, italianos, alemanes, argentinos y hasta franceses coronarse y luego encajar ocho goles en dos encuentros teóricamente festivos. Se puede perder, es lógico incluso levantar un poco el pie a menos de dos semanas del gran clásico y que el rival salga más enchufado, pero en ningún caso es aceptable caer de esa forma. 
 
Fuentes de la propia Federación confesaban la misma noche del miércoles que se replantean este tipo de amistosos ante selecciones de primer nivel, y con ánimo de revancha. Asumen el alto riesgo que presentan choques así de exigentes, amistosos para los españoles que son finales para los adversarios. La selección baja la persiana hasta el 9 de febrero de 2012, fecha FIFA en la que se planteaba disputar un gran partido ante Brasil, previsiblemente en Madrid. De momento, sin embargo, el rival está en el aire. 
 
Hacía nada menos que 47 años que la ''Roja' no sufría un varapalo de este tipo, desde que encajó un 2-6 ante Escocia en otro 'jogo particular', que dirían los lusos. Y más atrás, habría que remontarse al sonrojante 6-0 sufrido ante Brasil en el Mundial'50 y a un 4-0 contra Italia en un amistoso de 1942. Por eso la cara de Del Bosque era el espejo del alma durante su comparecencia posterior al desastre de Lisboa.(I.T.)

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