jueves, 19 de agosto de 2010

Salud: Drogas alucinógenas para tratar la depresión


Las drogas alucinógenas como el LSD o la ketamina podrían combinarse con psicoterapia para tratar a las personas que padecen depresión, trastornos compulsivos o dolor crónico, según el doctor Franz Vollenweider, del Hospital de Psiquiatría de la Universidad de Zúrich (Suiza).

Según explica en un artículo sobre el tema, publicado en la revista 'Nature Neuroscience', la investigación sobre los efectos de las drogas psicodélicas, usadas en el pasado en psiquiatría, se limitó en las últimas décadas debido a las connotaciones negativas de esas sustancias, pero los expertos consideran que ahora se justifica hacer más estudios sobre su potencial clínico.

Los científicos indicaron que estudios cerebrales recientes mostraron que los alucinógenos como la dietilamida del ácido lisérgico (LSD), la ketamina y la psilocibina actúan sobre el cerebro de maneras que podrían ayudar a reducir los síntomas de varios problemas psiquiátricos.

Estas drogas podrían usarse como catalizador, según los expertos, que ayudaría a los pacientes a alterar su percepción de los problemas o de los niveles de dolor, para luego trabajar con terapistas conductuales o psicoterapeutas con el fin de combatir esos problemas de otra forma.

Las drogas "psicodélicas pueden brindar a los pacientes una nueva perspectiva -particularmente cuando surgen cosas como recuerdos reprimidos- y luego se puede trabajar con esa experiencia", señala Vollenweider.

Los especialistas explican que según el tipo de persona que consume la droga, la dosis y la situación, estas sustancias pueden tener un amplio rango de efectos que van desde sentimientos de éxtasis de un lado del espectro, hasta ansiedad que genera sensación de pérdida de control y pánico, del otro.

COMBINADA CON TERAPIA
Vollenweider y su colega Michael Kometer señalaron que la evidencia de estudios previos sugiere que este tipo de drogas ayudaría a aliviar los problemas de salud mental al actuar sobre los circuitos cerebrales y sistemas neurotransmisores que se alteran en las personas con ansiedad y depresión.

Pero si los médicos fuesen a usarlas en el futuro para tratar a pacientes psiquiátricos, sería muy importante mantener las dosis de esas drogas en un nivel bajo y asegurarse que se administren por un período de tiempo relativamente corto, en combinación con sesiones de terapia, añadieron los expertos.

"La idea es que se trataría de algo muy limitado, quizá varias sesiones durante unos meses, no algo a largo plazo como sucede con otros tipos de medicación", indicó Vollenweider.

Las enfermedades mentales como la depresión están en aumento en todo el mundo y Vollenweider y Kometer señalaron que muchos pacientes con problemas psiquiátricos no responden bien a las medicinas habitualmente recetadas, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.

"Estas son enfermedades graves, debilitantes, que acortan la vida y, dado que los tratamientos actualmente disponibles tienen altas tasas de fracaso, las drogas psicodélicas ofrecerían estrategias terapéuticas alternativas que podrían mejorar el bienestar de los pacientes y la carga económica asociada sobre los pacientes y la sociedad", concluyeron.

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