El veterano estudio de Hollywood Metro Goldwyn Mayer (MGM) se declaró hoy oficialmente en bancarrota como parte de un proceso de reestructuración con el que se pretende reflotar la compañía, informó The Hollywood Reporter.
Tal y como estaba previsto, MGM se acogió al capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos y presentó ante los tribunales neoyorquinos su estrategia de reorganización para su aprobación judicial, un trámite que se calcula que podría demorarse al menos un mes.
El plan para revivir a MGM, que arrastra una deuda de 4.000 millones de dólares (2.845 millones de euros), se sustenta sobre un acuerdo con la productora Spyglass Entertainment, cuyos ejecutivos pasarán a dirigir el estudio una vez salga de la bancarrota.
Para encontrar el origen de sus problemas financieros hay que remontarse hasta 2004, año en el que Sony, la empresa de telecomunicaciones Comcast y las financieras Providence Equity y TPG Capital lideraron una operación para comprar a crédito MGM por unos 5.000 millones de dólares.
Una estimación que posteriormente se consideró sobrevalorada como consecuencia del alza de precios en medio de una bonanza económica global y a la que acompañó el declive de las ventas en DVD.
Al elegir el procedimiento de la Ley de Quiebras, MGM desestima una oferta de 2.000 millones de dólares (1.424 millones de euros) realizada el mes pasado por el conglomerado India Pariwar. También rechazó una propuesta de 1.500 millones de dólares (1.064 millones de euros) de Time Warner.
MGM, dueña de los derechos de la franquicia James Bond, es poseedora de un catálogo de unas 4.000 películas, entre ellas clásicos como "El mago de Oz", "Lo que el viento se llevó" o "Ben-Hur".
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