Que se lo pregunten a la cúpula del PP que ha visto como tres municipios regidos por alcaldes populares (en Ascó gobierna CiU) se han rebelado ante las consignas de partido. O al presidente de la Generalitat, el socialista José Montilla, que ha visto cómo los munícipes del PSC en Ascó han apoyado a los de CiU por un suculento botín.
Concretamente algo más de 3 millones de euros que es la cantidad anual que recibirá el consistorio elegido por almacenar los residuos, y que dividiéndolo por el número de habitantes de cada uno de ellos nos da una cifra de inversión de 6800 euros al año y por habitante en el caso de Villar de Cañas, 5400 en el de Yebra, 1600 en el de Ascó y 22.800 euros si hablamos de Santervás.
¿La decisión debe tomarla el partido? ¿Son los consistorios quienes deben decidir?
La última palabra la tienen los alcaldes y en el caso de estos municipios pequeños los partidos tienen poco margen de maniobra. Las presiones no servirán porque, como reconoce el alcalde de Villar de Cañas, José María Saiz, ellos no viven de la política. "Yo soy herrero, mis concejales son albañiles, escayolistas o jubilados, y no vivimos de la política", ha señalado.
A priori, Santervás (Castilla y León) podría ayudar a suavizar el cruce de declaraciones y a tomar la decisión definitiva ya que su presidente autonómico no se ha mostrado en contra de acoger un cementerio nuclear, mientras que sus homólogos de Cataluña y Castilla-La Mancha (José Montilla y José María Barreda, respectivamente) sí han manifestado su negativa.
Sin embargo la decisión queda en manos del Ministerio de Industria y en las bases de esta atropellada carrera nuclear, además del consenso social prima la experiencia nuclear y la localización estratégica (contar con autopistas y líneas férreas relativamente cerca) sobre otros factores. Y en ese aspecto Ascó lleva varios cuerpos de ventaja.(Y)
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