La noticia llegó de un miembro del club social del Bishop Auckland y se dio por buena: Farrer había muerto y, como uno de los jugadores históricos del modesto club (actualmente juega en la primera división amateur del país) en los años de la II Guerra Mundial, se le hizo un homenaje: un minuto de silencio antes de un partido.
La sorpresa llegó cuando el presidente del club inglés, Terry Jackson, telefoneó a la supuesta viuda para darle el pésame: "Se lo puede decir usted mismo. Ha salido a arreglar unos papeles", respondió la mujer.
Aclarado el asunto, Farrer se lo tomó con humor y agradecimiento: "Estoy muy emocionado porque se preocuparan tanto por mí. Jugué allí hace muchos años. No estamos enfadados, pero pensábamos que era una broma", declaró.
El presidente del club, que hizo el 'papelón' de su vida, también se lo toma con buen humor: "Estamos encantados de que Tommy siga entre nosotros y que tenga tan buena salud los próximos años", sentenció.
La sorpresa llegó cuando el presidente del club inglés, Terry Jackson, telefoneó a la supuesta viuda para darle el pésame: "Se lo puede decir usted mismo. Ha salido a arreglar unos papeles", respondió la mujer.
Aclarado el asunto, Farrer se lo tomó con humor y agradecimiento: "Estoy muy emocionado porque se preocuparan tanto por mí. Jugué allí hace muchos años. No estamos enfadados, pero pensábamos que era una broma", declaró.
El presidente del club, que hizo el 'papelón' de su vida, también se lo toma con buen humor: "Estamos encantados de que Tommy siga entre nosotros y que tenga tan buena salud los próximos años", sentenció.
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